Mi padre no lo dudo ni un segundo, lo cogió y lo trajo para casa. Mi madre le dijo que habría que llamar a la policía, porque claro, tendría dueño. Antes de llamar, fueron a una clínica veterinaria para comprobar si tenía microchip, y no lo tenía. Con lo cual no se podía saber quien era su dueño.
Mi madre estaba encantada con él, y si hubiera sido por ella, Pancho se hubiera quedado en casa con nosotros, el problema es que Pancho y yo.. no nos llevábamos muy bien. Y no fue por mi culpa, en cuanto cogió confianza no me dejaba ni moverme, lo quería todo para él. Mi cama, mi cacharro de la comida, del agua, mis juguetes.. todo.
Total que una conocida de mi madre, se enteró de todo lo ocurrido y ella misma se ofreció a darle un hogar a Pancho. Estaba como loca porque siempre había querido tener ese tipo de perro (me refiero a la raza). Como el veterinario y la policía habían dicho que si no tenía microchip cualquiera podía hacerse cargo de él, pues en contra de la voluntad de mi madre Pancho se marchó de casa.
Mi madre acompañó a su nueva dueña al veterinario para ponerlo todo en orden. Los primeros días lo pasó un poco mal, le echaba de menos, pero el tiempo lo cura todo y como sabe que está bien, está tranquila.
Es guapo, ¿verdad?
Mi madre se meaba de risa cuando le veía así espanzurriao
No hay comentarios:
Publicar un comentario